viernes, 3 de diciembre de 2010

Oniris


Besaba mientras mordía, a medio camino entre la dulzura y el desgarro. El aliento se agitaba y menguaba a golpes, espasmos que la poseían y la hacían poseer. Cerraba los ojos y sentía como se erizaba hasta el último recoveco de su inocente piel. El mundo se podía condensar bajo esas paredes. Nada existía más allá. La luz de las velas, tenue y cálida, era propicia para desatar todos sus deseos. Clavaba las pupilas en sus ojos, hundía las uñas en el torso mientras el ritmo del galope se incrementaba progresivamente: andante, allegro, presto, prestísimo… ¡Bum! Silencio. Se abrazó a él fuertemente agarrando hasta el último detalle de aquel instante.




Levantó los párpados y un dolor punzante en la sien la devolvió a la realidad. Ladeó la cabeza y notó como se resquebrajaba. Le costó algunos segundos averiguar cómo había llegado allí. No sabía si había dormido horas o apenas unos minutos. Aún era de noche. Su cuerpo estaba empapado en sudor. Miró a su alrededor, se esparcían por la habitación varias botellas de vino, el reflejo de un vaso apurado y algunas prendas íntimas, no era difícil intuir que la velada había sido intensa. Exprimió su cerebro, anudó tantos cabos como pudo y extendió el brazo hacia el otro extremo de la cama. Frío. Se le contagió velozmente, como una descarga eléctrica. Sintió una bola de angustia en su estómago, le oprimió el pecho y se le incrustó en la garganta. Gritó. La luz de las velas, tenue y cálida, deformaba los objetos en imágenes monstruosas. Deseaba escapar de aquel lugar, evaporarse. Habría preferido no despertar nunca.

6 comentarios:

  1. Oh oh! Estreno comentario! Ya sabía yo que no estabas aprovechando tus dotes para la prosa. Enhorabuena por el estreno y espero verte publicaro mucho mucho.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. ¿La protagonista es una mujer?
    Un texto muy evocador, me ha gustado el punto y aparte tan largo entre las dos partes. Un silencio que dice mucho.
    Deja en el aire la razón de su arrepentimiento porque parece que se lo pasó bien, ¿no? Sería alguien con quien no debería haber estado...

    ResponderEliminar
  3. En realidad estaba teniendo un sueño húmedo y no quería haberse despertado. El texto es algo enigmático e interpretable, pero mientras ella está sudada, el lado de la cama está frío. La paja mental ha sido grande jeje. Un saludo y gracias por leerme María. Lo próximo que ponga será el poema ese!
    besos

    ResponderEliminar
  4. Espero ese poema con gran expectación. Hoy he entrado aquí con la esperanza de encontrármelo... ¡Hada madrina, ayúdame! ;)

    ResponderEliminar