miércoles, 12 de marzo de 2014

De Lanzarote a Las Palmas



Hola a todos muyayos!!

Retomo el blog para dar señales de vida y contar cómo está siendo esta nueva experiencia insular en Lanzarote.  Pero antes que nada quisiera contar cómo he acabado aquí, que ha sido bastante curioso, y quiero escribirlo para que no se pierda en el laberinto de mi memoria, cada vez más difusa.

Mi destino cambió hace tres semanas, cuando esperaba la respuesta de una beca de prácticas de 6 meses para las islas Azores como camarógrafo. No pintaba nada mal la experiencia: buen sueldo, posibilidad de aprender portugués y situado en un paraje idílico, unas islas en medio de la nada. Aunque tampoco estaba parado en Valencia, ya que andaba con muchas clases, un videoclip, algún que otro proyecto a la vista, fotos...pero, cosas de mi culo inquieto, ya sentía que llevaba demasiado tiempo allí.

En esos días la India resonaba en mi cabeza, no sé muy bien por qué, aunque también estaba atento a las ofertas de vuelos para volver a mi México querido. Pero no tenía tanta plata para lanzarme a la aventura, más aún contando con mis limitaciones físicas. Pero una mañana el azar lo cambió todo. O la sincronicidad, que es como me gusta llamarlo.

Solía limpiar una vez por semana en casa de mi abuelita y en estas me preguntó por enésima vez: ¿Pero hijo mío, a dónde vas a ir tú ahora? ¿Qué vas a hacer con tu vida? Tienes que colocarte ya. Y como justo estaba pasando el trapo a la bola del mundo le dije: Mira, cierra los ojos, yo le doy vueltas y tú me vas a decir a dónde voy, ok? Así hizo mi abuelita y me dispuse a girar la bola, ella puso el dedo y adivinen qué destino salió: la India!

De repente me entró un nudo en el estómago y algo de miedo por jugar con las cosas del destino. No me sentía preparado para la India, así que le di una segunda oportunidad, por probar a ver qué salía. Entonces salió el destino desde donde escribo. Y miren que no es fácil acertar a las Canarias en una bola del mundo. Al principio no le di importancia, pero uno piensa en ello cuando se cumple.


Esto ocurrió una semana antes de que me levantase una mañana como cualquier otra. Café, Facebook y enviar algúnos mails con las ofertas de empleo del día. Y ya enviaba los mails cual robot, sin fijarme ni a dónde era. Y en una de esas lo envié a una oferta de fotógrafo en las Canarias. Y cosas de la causalidad, solo tardaron una hora en llamarme. Para más inri, justo el mismo día que me rechazaron para las islas Azores. Ahora me queda la duda, de si realmente entonces tendría que haber ido a la India, de si habría encontrado algo importante. Pero eso ya nunca se sabrá. Soy un segundón, escogí la oportunidad más fácil.

 
La verdad que todo está siendo fleje de rápido y apenas me ha dado tiempo a pararme a pensar dónde estoy y escribir en este diario de viajes. Pero al fin conseguí un momento de ‘break’.
Sabía desde un principio que este viaje iba a ser diferente, ya no es una beca ni diversión, sino que es un trabajo en el que hay q estar 6 días a la semana haciendo la misma cosa. Todo un reto para mi culo inquieto. Pero en algún momento hay que probarlo y qué mejor que en un lugar de vacaciones y con una cámara en las manos todo el día. Y siempre estarán ahí los proyectos paralelos. De momento las sensaciones son buenas y eso siempre anima a seguir adelante.  

Lanzarote es una isla casi desértica, con muy poca vegetación y un color de la tierra marrón y negruzco, de origen volcánico, que contrasta con pequeñas hileras de casitas blancas, algunas viñas y una gran variedad de cactus, nopalitos incluidos. Esta ausencia de vegetación hace que sea una tierra muy árida, con mucho calor durante el día y frío durante la noche, como el desierto. Y un viento de la muerte que nunca deja de soplar!! Yo que pensaba que llegaba al Caribe y ni tanto!! jeje. Pero para ser marzo no se está nada mal.


La primera semana la dedicamos a formación y en un principio pensaba que iba a ser pan comido, pero no fue así, ya que la semana anterior habían estado tres chicos y los tres hicieron las maletas de vuelta a casa. ¡Glups! Había que estar con las pilas puestas desde un principio. Y es así, el trabajo puede ser muy fácil o muy difícil, depende de las habilidades de cada uno.

El primer día fue un desastre, el formador nos dejó solos a nuestra ventura con algunos ‘tips’ bajo el brazo y no pudo ir peor. La chamba consiste en caminar por el resort e ir ofreciendo el servicio de fotografía  a los turistas, pero no las típicas fotos que todo el mundo hace y nadie compraría, sino fotos de pose, rollo más profesional, como las de las revistas de moda.

Pero antes de eso aún hay que saltar una barrera: hablar con la gente y conseguir que digan que sí. Esa es la clave. Para eso uno tiene que creerse fotógrafo PRO y dominar la situación, el espacio y transmitir seguridad. Bueno pues ahí iba yo temblando el primer día y claro apenas conseguí que alguien  me dijera que sí. Y cuando lo hicieron fueron una mierda de fotos. Si son niños primero tienes que ganarte su confianza para que no lloren o salgan corriendo. Pero todo fue cuestión de tiempo. Al tercer día ya había conseguido hablar con casi todo el hotel y adaptarme al ‘ritmo vacaciones’, pero seguía sin hacer buenas fotos, aunque aun así se venden algunas.

Compartí la formación con David, un chico argentino, fotógrafo profesional, que me salvó la vida, y viceversa.  Cosas de la crisis, el tipo es fotógrafo profesional con años de experiencia y digamos que ha tenido que volver a empezar desde el principio. A él no le faltaba imaginación para dominar la escena, pero le costaba acercarse a la gente y no sabía idiomas. Así que unimos fuerzas e hicimos unas fotos de irse la olla. Gran trabajo y buena caja. Aprendí muchísimo en dos días y eso nos valió el aprobado.

 La verdad que no me puedo quejar, desde que llegué me han recibido muy bien en la isla, pero tras dos días de trabajo en un nuevo hotel en Lanzarote, apenas empezando a aprender y a conocer la zona isla, recibí una llamada de Recursos Humanos. Me enviaban a Gran Canaria, a un hotel de 5 estrellas al sur de la isla, en Puerto Mogán, cerca de Arguineguín, tierra de dos grandes futbolistas.


El lugar es un valle que muere en el mar, playa y montañas juntas con una temperatura agradable y lo más importante: sin viento!  Aquí el tipo de cliente es diferente, ya que, o son nórdicos campechanos o europeos VIPS, la mayoría jubiletas que ya no quieren fotos, así que la buena racha que llevaba se ha cortado un poco. Pero poco a poco me voy adaptando al hotel y al ambiente sofisticado.  Estoy aprendiendo mucho francés, primeras nociones de alemán, italiano y lo que más hablo es inglés. ¡Y retomando el noruego! Obviamente, aquí no hay ni un solo turista español, cosas de la crisis y la globalización… Los pocos españoles que pueden van a hoteles menores o a Cancún y los europeos con plata vienen aquí.

Han sido dos semanas muy agitadas sin tiempo apenas, eso sí, me dio tiempo a bañarme en el Atlántico y ni comparación con el Caribe, casi me recordó más al lago Ness jejej, que fría está!!! Así que de momento ya saben donde estoy. Espero quedarme un tiempo por aquí y conocer un poco.  Y saben donde ando por si les apetece unas vacaciones!

Besos a todos!