domingo, 15 de abril de 2012

Roads

Esto lo hice hace ya un tiempo, es mi única obra de arte y de la que más orgulloso me siento, sobretodo porque ni sé tocar el piano, ni en mi vida usé un pincel. La música es totalmente improvisada y refleja el paso de los días en la verde, fría y tranquila Noruega. Por eso, no tengáis prisa en escucharla. Para Jandro y Nas, que me insisten en que mantenga vivo el blog!



Aquí os dejo escrito lo que fue el diario de a bordo y Making Off de la obra: materiales, idea, etc.

¿Por qué Roads? 

La razón del título se debe a varios motivos: por una parte, las notas de la canción del piano parece como si recorrieran  los pasillos de un laberinto, representadas por las pinceladas y ejecutadas por el chico, que busca su propio camino y escapa de la melancolía. 

Por otra, las pinceladas representan las decisiones que podemos tomar a lo largo de toda nuestra vida y esta es la idea que he tratado de reflejar en el vídeo, ayudándome de la ayuda de la historia paralela del joven encerrado en la habitación de su vida, pensando en su futuro, desesperado buscando una salida.

El trabajo está realizado en Kristiansand, una pequeña ciudad en el sur de Noruega, durante la estancia que realicé allí en el año 2009.

Voy a explicar cómo me encontré con el camino para construir mi proyecto desde los sentimientos, sin pensar, sólo mediante la actuación, la ejecución del estado inconsciente. El estilo y la forma están inspirados en el arte Beat. La principal motivación del proyecto era que tenía que ser espontáneo y, para hacerlo, lo mejor era esperar a la inspiración. "Es cuestión de tiempo”, pensé. Y esperé unas semanas.

Mañana lluviosa de inspiración

Era una mañana de lluvia, típicamente noruega, aunque no especialmente fría. Era uno de esos días que uno es hipersensible; los sentidos perciben mejor las vibraciones del entorno y se adaptan mejor a él. Todo lo que afecta a sus oídos y los ojos están más abiertos que de costumbre. Y un flash vino a mi mente. Es muy difícil de explicar, es como si el subconsciente te guiara y tú desearas que lo hiciera.

Me decidí por ir a tocar el piano y grabarme. Para entender realmente esta pieza, se debe tener en cuenta que yo no sé tocar el piano. Sí que tengo ligeros conocimientos musicales, no sé solfeo, pero considero que tengo algo de oído musical. He probado varias veces tocar el piano, y el único patrón que sigo es usar solo las teclas blancas y para hacer acordes colocar la primera, tercera y quinta nota. Nunca he tenido ninguna enseñanza formal.

Con este tipo de método inductivo uno no piensa en qué notas o escalas está tocando - solo en la música. No es consciente de las "leyes de la música," por lo que se es libre para hacer lo que se quiera, suene bien o mal (y en mi caso tanto como sea posible debido a mi falta de conocimientos técnicos).

Mi intención era ser tan espontáneo como fuese posible, así que no practiqué ninguna melodía antes. Me senté delante de él, respiré hondo, sentí y toqué.

Cuando terminé de tocar mi canción y me dije: "Ok, creo que no suena mal". Más tarde lo escuché y me gustó mucho, cada vez más, hasta que quedé alucinado. Las sensaciones estaban talladas en la canción y parecían tener un significado las diferentes frases de la pieza. 

Hay que decir que hubo un problema técnico. ¿Has visto que la canción se corta de repente? ¡La grabadora  se quedó sin batería suficiente para grabar la canción entera! ¡Qué capullo! ¿Por qué no lo comprobé antes? Estas cosas pasan… 

Pensé en volverlo a intentar, pero yo sabía que sería imposible de repetir. Fue una sola oportunidad, un solo momento. Momentos de inspiración que vienen y van, y hay que estar rápido para atraparlos. De lo contrario, se pierden en el tiempo y el olvido. 

Después de eso vi el lado positivo: "Eso es lo que ha sucedido, por lo que va a ser así." Al menos pude salvar una parte y en mi decisión quedó dejarlo así, inconcluso, que a la postre tendría su significado en la obra.

Las primeras veces que oí la canción no podía creer cómo mis manos habían sido capaces de hacerlo, aunque más tarde descubrí varios errores de armonía, entre otros.


El vídeo

El siguiente paso fue hacer una escena visual. El concepto era claro: quería escribir o pintar algo espontáneamente mientras escuchaba la canción, tratando de captar sus sentimientos y convertirlos así en palabras o imágenes, crear una especie de retroalimentación. Tras dudar en cómo reproducir las emociones, si irme por el camino de la escritura inconsciente o el de la pintura, decidí optar por el segundo.

¿Por qué pintar? Porque nunca he pintado en toda mi vida y sentía curiosidad por hacerlo. Además, si ya había obtenido resultados satisfactorios tocando el piano, ¿por qué no habría de ser el mismo con la pintura?

La técnica sería respetando el arte Junk de la generación de los artistas Beat de los años 50. No gastaría ni una sola corona en hacerlo. Tampoco voy a enredarme a explicaros mis condiciones económicas en Noruega, que daría para otras tantas páginas. Reciclaría la basura o usaría mi imaginación. Tenía que pensar cómo encontrar un lienzo, pintura de varios colores y un pincel. Parece una tarea difícil, pero se trata sólo de echarle imaginación.

Encontré el lienzo en la calle, tirado al lado de la papelera. No era estrictamente un lienzo, era una pieza de aluminio rectangular gris de los estantes de un supermercado, pero el tamaño era perfecto. Lo cogí.
Para preparar la pintura pensé en mezclar harina y agua para hacer la masa y curry, pimentón, detergente de color azul o café para obtener los colores. Para construir el pincel sería suficiente usar un palo para agitar el café o el té robados de la cafetería y mi propio pelo. Nada funcionó.

Cuando intenté hacer las “pinturas” de colores el resultado no fue como había esperado. Traté de empezar con el color rojo, pero cuando mezclé la harina con el pimentón el agua se convirtió en rosa. Se veía como un vómito, era horrible. No tuve en cuenta que la harina es de color blanco. Por lo tanto, de esa forma sería imposible obtener colores puros. Traté de romper un bolígrafo y usar la tinta, pero tampoco funcionó. Pero no iba a abandonar la idea  con el primer escollo, así que busqué otras maneras de hacerlo. Tuve una idea…

¿Por qué hacer el vídeo en color? Decidido, la imagen se vería en blanco y negro. No necesitaba más los colores puros, mejor aún, ¡ya no necesitaba colores!  Con harina mezclada, agua y café ya tenía mi querida y asquerosa pintura color marrón caca. 

Más tarde, comprendí que este cambio fue a mejor, porque en blanco y negro la escena se ajusta mejor a la historia, y la textura, elemento muy importante en el vídeo, toma más protagonismo que el color.

Ya tenía lienzo y pintura, solo me faltaba hacer el pincel. Corté un pedazo pequeño de pelo y lo amarré con una cinta. Me di cuenta de que no era suficiente pelo y necesitaba más, pero no quería hacerme un trasquilón tan grande, así que otra vez necesitaba una nueva idea. 

Sara fue la que me dio la solución. Cortó un trozo de esponja y la ató al palo. ¡Fue perfecto!, otra vez más, mejor de lo que esperaba. La esponja absorbía más pintura y las pinceladas tenían más intensidad. Todo estaba listo para comenzar: preparar la escena y grabar.

Cuando vimos el efecto de la pintura marrón en el lienzo gris metálico realmente me decepcionó. La imagen era fea, casi escatológica, pero había que probar de todos modos. Sara tuvo otra buena idea, sin ella no habría quedado ni la mitad de bien. Me dijo: "¿Por qué no apagamos la luz y grabamos la acción con la luz del teléfono móvil?" 

La imagen mejoró muchísimo, aunque en cuanto al color seguía siendo realmente fea. De todos modos, para ver el resultado tendría que esperar hasta la postproducción. La luz le daba la textura adecuada a la imagen, resaltaba los contrastes, el sentimiento de la duda y la desesperación.

Con todo listo, dimos al Rec y comencé mi experimento de action painting. Solo tenía una oportunidad, pues quería que fuera ese momento, esa vez y ninguna más. Si salía mal, no iba a repetir. Para captar adecuadamente las sensaciones, no tenía que intervenir la memoria, sino los sentimientos y el subconsciente. 

No era mi intención hacer algo concreto, bastaba llenar el lienzo con pinceladas y ver qué pasaba. Escuché, procesé y reproduje.Cuando vi el vídeo no me gustó nada el resultado, pero cumplía con los requisitos, espontáneo e improvisado. Pintar un mal cuadro era algo lógico, de todas formas, para que la obra tuviera sentido el primer intento debía ser el último. 

Roads

¡Caminos! Ese era el significado de la imagen, vi un montón de caminos, no físicos, vi caminos metafóricos. Vi opciones, alternativas, decisiones buenas y equivocadas. La vida como un todo considerado como carreteras. Las cosas que no se terminaron, las que sí se alcanzaron, los sueños que no se harían realidad, los trenes que se perdieron por no ser valiente, etc. Sin darme cuenta estaba empezando a construir mi historia, tratar de sonsacar a la obra un significado, los conceptos mediante el método inductivo. O Tal vez estaba simplemente volviéndome loco. ¡Just art!

No puedo adivinar mi futuro, no sé qué caminos tomaré. Ahora estoy en el presente y es en lo que debo pensar, pero uno siempre se pregunta qué hubiera pasado si, por qué no hice aquello, por qué sí…No sé qué forma va a tener el lienzo de mi vida. Tal vez, me equivocaré varias veces para encontrar mi camino, quizás no. Tal vez no va a ser el que yo espero, si es que espero alguno. Todo es una incertidumbre, y de ese ambiente se rodea la obra. El futuro es incierto y a veces nos angustia saber qué va a pasar. 

¿Qué opción sería mejor: Pensar en el futuro o sólo vivir en el presente? Quizá antes de encontrar el camino, la respuesta está ahí, cómo uno se va a tomar su existencia, o bajo la angustia de un devenir que nunca averiguará o bajo la idea de disfrutar el momento e intentar aprovecharlo, con la incertidumbre de ignorar lo siguiente.

Así definí la idea, el significado de mi “subconsciente” de la obra. Ese era el significado de los sentimientos, estaba claro, era una idea que rondaba en mi cabeza más veces de las deseadas. Aún tengo mis dudas de si realmente permanecía escondida en mi subconsciente o si simplemente soy un impostor que se  ha inventado algo para explicar la imagen y la música.

Ya tenía todo el material para el proyecto de vídeo. Recuerdo que apenas dormí aquella noche, estaba ansioso por hacerlo, las ideas y sensaciones estaban frescas en mi mente. Pero como no disponía del equipo necesario tenía que esperar al día siguiente para ir a la facultad.

 Vi que el cambio de imágenes en blanco y negro era mucho mejor de lo que había esperado. Adapté la historia del chico y la hice coincidir con los puntos de clímax de la canción y hacer una historia paralela entre la pintura, él y la elección de su camino. 

Cuando nos imaginamos cómo construir nuestro propio camino hay muchos de ellos para elegir, y muchas veces tenemos que decidirnos por uno solo, pero no sabemos cuál va a ser mejor. A veces hay decisiones que marcan tu vida. A veces no te gusta tu camino y decides empezar de nuevo. A veces no eres lo suficientemente valiente para perseguir tus sueños y al cabo de los años  te arrepientes, a veces ni siquiera sabes cuáles son tus sueños.  

Vi que el resultado se ajustaba bastante bien a la idea, aunque el final podía no resultar conciso. Sin embargo, tampoco  me interesaba ser claro, quiero que la obra deje al espectador pensando y saque sus propias conclusiones, al fin y al cabo el arte tiene esa parte de subjetividad con la que el espectador hace como suya la obra, relacionándola con su propia experiencia.

Ahora ya sabéis cómo fue el proceso de creación, espero que no se haya decepcionado, aunque sí que pienso que al desmembrar la obra se pierde ese aura mágico que la rodea y la eleva. Por eso quizá los artistas suelen mostrarse siempre herméticos a la hora de explicar qué querían hacer. En este caso, yo puedo mostrarlo porque nunca supe bien cierto qué quería hacer. Simplemente me dejé llevar.

Nunca supe qué hacer realmente hasta que un destello lo cambió todo. Si yo no hubiera decidido ir a tocar el piano esta obra se hubiese perdido entre las profundidades de mi mente, habría hecho otra cosa y no hubiera tenido nada que ver seguramente. Esa vez cogí el tren de la inspiración. Capté el momento, inicié y experimenté el proceso de creación y fue una experiencia muy gratificante. Una canción hizo un cuadro y un cuadro hizo un vídeo. La traducción de los sentimientos en el video tiene una idea, un concepto común. 

El arte produce el arte, el hecho de por qué el arte está en movimiento. Estoy seguro de que mi trabajo podría ser mejor, siempre puede ser mejor, pero estoy orgulloso de él porque el resultado final es mejor de lo que hubiera imaginado anteriormente. Antes no había nada. 

Disfrútala.