jueves, 16 de febrero de 2012

De qué va esto?

Últimamente ando trastornado, desde que doy las noticias estoy sobreinformado y me saturo, sobre todo si todo de lo que tenemos que hablar es de deudas, calificaciones, impagos, huelgas, recortes, desahucios, AGGH!! ¿Pero qué coño es esto? Así que igual que muchos se llevan el trabajo a casa, yo me llevo toda esta movida en la cabeza y trato de llevarlo lo mejor posible, sabiendo que lo que vienen son tiempos muy jodidos que solo recuerdan los mayores de 65. La diferencia con ellos es que nosotros venimos de un tiempo de derroche, de tenerlo todo y muchos vamos a pasar a no tener nada, mientras que ellos ya nacieron y aprendieron a vivir con nada.

 Así que en esas movidas ando yo pensando en la hora que dura el trayecto del autobús a casa. Y comienzo a plantearme cosas y el otro día descubrí una cosa muy sencilla, tan sencilla que nunca lo había visto tan claro: ¡El dinero no es REAL!

No, no lo es, nosotros hemos nacido, crecido y vivido con él, pero hubo un tiempo en que no existía, es una invención, es el eje del sistema en el que vivimos, es el que gobierna nuestras vidas, pero no, ¡no es real! Existen las manzanas, las verduras, las putas y las drogas, pero el dinero no, no y no, si olvido las implicaciones culturales y veo más allá de las reglas del juego establecido, realmente no es nada. Papel, níquel, cobre.


El otro día me comentaba un amigo que no llegaba a entender la economía, que si el dinero no es real, si se puede crear todo el que se quiera, ponerse más cantidad en circulación para que haya más y todos podamos acceder a él, ¿por qué no se hace? No supe qué decirle en ese momento, estas son las típicas cosas importantes que se suelen escapan de las manos, pero me dejó algo que pensar para mis viajecitos aburridos y largos de autobús. Entonces recordé dos conceptos básicos de cualquier libro de iniciación a la economía: el valor y la escasez. 

¿Por qué son valiosas las cosas? ¿Quién se ha planteado esto? Existe una paradoja que compara el agua con los diamantes y dice: ¿Por qué el agua, siendo un elemento tan sustancial para la vida no vale nada? ¿Por qué los diamantes tienen un valor incalculable? ¿Qué criterios se han seguido para otorgar ese valor? Según los criterios del valor y la escasez, cuando algo abunda su valor no es tan grande como otras cosas  que no son tan fáciles de consumir. En esa cultura nos movemos y seguramente nos podrá parecer normal. Pero a mí algo me huele raro. 
 El dinero tiene un papel muy importante en este juego. Simplificando mucho se puede decir que los criterios que se siguen para dar valor a las cosas es su escasez, pero ¿de verdad el dinero puede medir el valor real del agua o los diamantes? Claro, sería ilógico pensar en botellas de agua por 100€ si no hay escasez, el sistema no podría funcionar. Pero aún así el agua sigue siendo más valiosa que los diamantes, ¿no? Por tanto, ya encontramos una limitación a las reglas, el dinero no puede medir más allá del valor puramente económico de las cosas, basado en la escasez.

La percepción de valor está distorsionada, cuando hablamos de valor siempre lo solemos  relacionar con el precio y son dos conceptos que hay que separar. Una cosa es hablar del precio que marca el mercado (valor económico) y otra cosa muy diferente el valor que tiene en el mundo real. En el mundo real el valor del diamante es irrisorio comparado con el del agua. 

En muchos libros de economía esta paradoja suele estar en una de las primeras páginas y ya desprende un tufillo a podrido. Lo único que me queda claro es que el precio no puede medir el valor de las cosas, pero aún así lo hemos aceptado.

Volviendo a lo que me dijo mi amigo, si los bancos comenzaran a emitir billetes a granel, el dinero en sí mismo perdería ese valor porque ya no sería un bien tan escaso. Por tanto, les interesa que haya escasez para mantener ese valor, para que haya competencia, para que todos nos matemos por algo que realmente no es real. 

Otra cosa que me inquieta es lo que se puede ver entre las primeras páginas de un libro de macroeconomía. Dice que el bienestar de un país se mide con la cantidad de bienes y servicios que se producen (PIB) y que SIEMPRE tiene que crecer al menos un 2% al año, sino va la cosa mal. ¿Pero de verdad se puede tomar solo como referencia el PIB para medir el bienestar de un país? ¿Cómo mides el consumo de recursos, la salud de la población, el nivel de felicidad, el estrés, la calidad de vida o la contaminación? El sistema padece porque es erróneo, está mal planteado, aunque está ya demasiado viciado y parece que nada va a cambiar hasta que no nos estrellemos. Y vaticino que no queda mucho, algo gordo va a pasar antes de se cierren mis ojitos de insignificante humano. 

Por eso nunca me gustó la carrera de economía, porque desde el primer día intentaron adoctrinarme, porque muchos de los profesores aceptan las tesis como dadas y no se replantean nada. Por supuesto, el que sí que lo hace su voz no llega muy lejos, tiene limitados los canales de comunicación. 

Vivimos dentro de un sistema que un tío planteó hace muchos años y que pensaba que los recursos eran ilimitados. Ahora tengo claro que nos estrellamos sin remedio, existen demasiados intereses en contra como para detener la debacle. Así que dejaré de pensar en estas tonterías y me centraré en mirar por la ventana de este autobús y decirle algo ya a la tía que se acaba de sentar al lado.